Ha empezado una extraña Semana Santa, y mañana va a empezar un extraño triduo pascual. Extraño, porque nos encontramos en una situación - este encierro forzado - que nos desplaza por completo.
Dios nos dirige todos los días una palabra. Así como una persona normal, con la cual tenemos una relación de amistad, también Dios toma iniciativa todos los días para dirigirnos una palabra, llevarnos un mensaje. Es una palabra diferente para cada uno de nosotros… Al comienzo de este extraño Triduo pascua, hay que recordar ante todo esto, que Dios no deja de estar presente y dirigirnos una palabra. Dispongámonos para escucharlo con particular atención, durante estos días.
Participemos en los momentos de oración con seriedad: en un local limpio y ordenado de nuestra casa, frente a un Crucifijo y a una imagen de María, prendiendo un cirio. Reunamos a toda la familia, para que los momentos de celebración nos encuentren unidos en nuestros hogares. Busquemos momentos de silencio y oración personal, en los cuales apagamos la televisión y el celular para intentar escuchar a Dios y hablar con Él.
Escribía el poeta francés Charles Peguy.
Él está aquí.
Está como el primer día.
Está entre nosotros como el día de su muerte.
Eternamente está entre nosotros igual que el primer día.
Eternamente todos los días.
Está aquí entre nosotros durante todos los días de su eternidad.
Les deseo poder verificar en estos días la verdad de estas palabras.
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